Soñador, positivo, alegre. Con un gusto especial por el trabajo con las personas y el trabajo en madera. Cuando se le da la idea de ir a trabajar con los peruanos como voluntario para desarrollar líneas de diseño nuevas, no lo piensa dos veces y es así como parte en septiembre de este año a la Sierra Peruana.

Es Nicolás Weiss Saavedra (31 años), diseñador independiente, que ahora está en Llamellín, un pueblo de unos 1.500 habitantes, a 3.600 metros de altura, casi al límite con la selva. De compartir con los demás voluntarios una casa parroquial, se fue a una chacra en la montaña, a media hora caminando del pueblo.

“Ahí me conseguí una pequeña choza de barro sin luz, agua ni baño. Así que ahí estoy viendo las alternativas, por ahora ya he encontrado lombrices para hacer compostaje y baño seco. Mi idea es dar a conocer a la gente que se puede vivir con lo mínimo y no es necesario vivir en el pueblo. Acá las montañas son demasiado inspiradoras como para estar viviendo en el pueblo que, la verdad, no es muy acogedor”, comenta.

La conexión de Nicolás Weiss con la sierra peruana se dió sola, por el mero hecho de haber prestado servicios a Ignisterra, que hace diez años comenzó a vender madera de Lenga a los artesanos peruanos de la obra “Artesanos Don Bosco”. Ellos trabajaron maderas locales sin tener muy buenos resultados hasta que desde Italia (quienes conocen muy bien y aprecian la Lenga) fueron recomendados a comprar madera de Lenga de Tierra del Fuego. Así comienza la relación entre Ignisterra y Artesanos Don Bosco.

Hace un par de años, Ignisterra decide abrir tiendas en Chile para ofrecer sus productos y ofrece también los muebles hechos por Artesanos Don Bosco, pues ellos habían solicitado a Ignisterra ser representantes de los muebles en Chile… 

 

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