La mística isla de Tierra del Fuego acogió a un grupo de arquitectos y diseñadores que viajaron invitados por Ignisterra (www.ignisterra.com) a conocer los bosques de Lenga (Nothofagus Pumilio) y el moderno complejo industrial Forestal Russfin que operamos en dicha zona austral del país.

Alojados en el hotel Parador Russfin, los arquitectos Martín Hurtado, Pamela Montán, Javier Ramírez y Alberto González Capitel tuvieron la oportunidad de conocer los bosques de Lenga (Nothofagus pumilio) de la compañía, pionera en el manejo sustentable de bosque nativo en Chile. Además, conocieron el trabajo que se realiza en nuestro moderno aserradero,  donde porcesamos la madera para su posterior transformación en puertas, pisos, revestimientos, molduras y otros productos de alta gama orientados al sector de la arquitectura y construcción.

Los arquitectos viajaron a Tierra del Fuego luego de haber ganado los sorteos que llevamos a cabo durante el  ciclo de charlas “Arquitectura, Diseño y Madera”, realizado durante este año en nuestro showroom de Vitacura, Santiago. 

Madera con identidad

Uno de los principales atractivos de la visita fue recorrer parte de las 10.000 hectáreas de nuestros bosques naturales de Lenga, una especie endémica del extremo sur de Chile y Argentina adaptada para crecer en suelos pobres, climas fríos y fuertes vientos, donde prácticamente ninguna otra especie sobrevive.

Conocida también como Cerezo Chileno por su similitud con la madera del cerezo norteamericano, la Lenga es muy apreciada por mueblistas, arquitectos y diseñadores por tratarse de una madera dura, de gran estabilidad estructural y muy fácil de trabajar. Se destaca también porque permite lograr un muy buen acabado y por su hermosa veta que se acentúa al ser barnizada.

“Es una madera de propiedades muy marcadas y atractivas, que con los proceso de vaporización y secado a los que es sometida en el aserradero se homogeneiza y queda con la humedad ideal para ser trabajada como una madera muy estable y de alta calidad”, dice Martín Hurtado.  

La Lenga también es preferida por clientes exigentes y amantes de las maderas finas y productos naturales, que buscan piezas auténticas y con identidad.  Según Martín Hurtado, combina muy bien con la tendencia actual que prima en los proyectos arquitectónicos, y que privilegia las maderas claras.

A su juicio, uno de los grandes atractivos de la Lenga es su color rosado pálido y su veta suave, que permite darle usos muy variados, idealmente para confeccionar puertas y muebles.  “Es ideal para acabados exteriores,  revestimientos y aplicaciones en donde se la pueda lucir”, asegura.

Manejo sustentable

Los visitantes comprobaron in situ el manejo forestal sustentable y responsable que realizamos, dada nuestra condición de ser la primera empresa forestal chilena que certificó el manejo de sus bosques y procesos productivos de madera nativa con el sello FSC® (Forest Stewardship Council).

“Generamos el mínimo impacto posible sobre el ecosistema y el entorno, apegándonos a exigentes criterios de sustentabilidad”, expresa Gianni Vercellino, gerente comercial de Ignisterraa, que acompañó a los visitantes durante su estadía en Tierra del Fuego.

Lo anterior los lleva a privilegiar que los árboles se regeneren a través de semillas que caen a la tierra y germinan en forma natural.  De hecho, los árboles crecen lentamente y tardan entre 70 y 100 años en llegar a la adultez.

Martín Hurtado destaca el trabajo forestal que realiza Ignisterra para mantener vivo al bosque: “Es una labor notable e interesante la de cultivar en forma racional y sustentable un porcentaje de los bosques de Lenga, ya que comprobamos en terreno que, si no son trabajados e intervenidos responsablemente, los árboles envejecen y se pudren, desperdiciándose su madera”, dice. “Gracias a esto, en los próximos 100 o 150 años, las generaciones futuras podrán cosechar los árboles que se están plantando hoy”, indica.

Atractivos de la zona

Deslumbrados por la belleza del paisaje austral, los arquitectos y sus anfitriones también se dieron tiempo para recorrer los atractivos principales de la zona, como parques aledaños, los alrededores del río Grande, el lago Fagnano y las pingüineras de la zona, compartiendo largas caminatas, tardes de pesca deportiva, días de campo y reponedores asados de cordero patagónico junto al fuego del hotel Parador Russfin.

“Me siento privilegiado de haber conocido este pedazo de Chile tan inexplorado como maravilloso”, comenta Martín Hurtado, quien asegura que “ha sido una experiencia fascinante e inolvidable”.

 

Avanzadas técnicas de ingeniería

En la planta industrial de Ignisterra en Tierra del Fuego, los visitantes se interiorizaron de los avanzados procesos mediante los cuales la madera nativa de Lenga es secada en cámara (8% +/- 2%),  procesada y preparada mediante equipos y tecnología de última generación, para ser transportada hasta la planta de remanufactura en Villa Alemana (Región de Valparaíso), donde se le aplican sofisticados procesos productivos y avanzadas técnicas de ingeniería para elaborar los productos que comercializa la empresa.

Uno de los aspectos más llamativos del complejo industrial es que es energéticamente autosustentable, ya que produce y utiliza su propia energía, proveniente de los residuos que la empresa convierte en biomasa forestal. Esto, incluso, nos ha permitido vender bonos de carbono certificados por las Naciones Unidas.