>> Por: Rodolfo Tirado, Gerente General de Ignisterra

Se sabe que los bosques son vitales para el medio ambiente, ya que limpian el aire al capturar carbono y liberar oxígeno. Además, resguardan los cursos de agua y protegen el suelo, al contener la fuerza de la lluvia. También son fundamentales como proveedores de bienes y servicios. Según la FAO, miles de millones de personas usan productos de los bosques para satisfacer sus necesidades de alimentos, energía y vivienda.

Lamentablemente, miles de hectáreas de bosques se pierden al año en todo el mundo, producto de la explotación ilegal y de acciones humanas irresponsables que generan incendios masivos, causando daños irreparables. La reciente destrucción del Santuario de la Naturaleza de la Serranía del Ciprés, en San Felipe, es un ejemplo de esto último.

Pero hay una buena noticia. Gracias al manejo forestal responsable es posible cuidar el bosque y hacer uso de los recursos madereros, generando impactos positivos desde el punto de vista social, ambiental y económico. Así lo hemos podido comprobar en Tierra del Fuego, donde manejamos en forma sustentable más de 15.000 hectáreas de bosques de Lenga (Nothofagus pumilio), especie nativa que crece exclusivamente en el sur de Chile y Argentina.

Fuimos la primera empresa forestal chilena que certificó el manejo de sus bosques y procesos productivos de madera nativa con el sello FSC® (Forest Stewardship Council), que promueve el manejo forestal responsable en todo el mundo y el consumo de productos que provengan de una actividad que respete el entorno y la biodiversidad del bosque.

El manejo forestal sustentable nos compromete a realizar diariamente diversas acciones que, finalmente, ayudan a preservar el bosque, para que las futuras generaciones también puedan beneficiarse de este valioso recurso natural.

En Chile, donde hay más de 14.000.000 de hectáreas de bosque nativo (18,7% del territorio nacional), debemos hacer un esfuerzo mayor en cuidar este recurso; necesitamos más educación y debemos ser mucho más respetuosos y cuidadosos.

Hay que recordar que el bosque no solamente es sinónimo de vida y biodiversidad, sino que su manejo sustentable puede convertirse en una actividad económicamente rentable y relevante para el país. Además de contribuir a generar puestos de trabajo y a paliar la pobreza en las zonas rurales, su existencia ayuda a mejorar la calidad de vida de las comunidades aledañas.

Ya es hora de que comprendamos que, a todo nivel, el futuro del planeta y de sus habitantes depende, en gran medida, de los bosques.

 

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